jueves, 26 de mayo de 2011

Aires de desengaño

Aires de desengaño están corriendo
agitando la plaza y sus carteles:
¡no tenemos futuro! ¿a qué viene
aburrirse, atontarse trabajando
por eso que decían que tenía
que cumplirse y que se va sintiendo
lo mentira que es, y que es tan falso
igual si está en pasado que en futuro.
Si hay ahora sin fin, si no hay camino
y a cada día con su mal le basta,
¿a qué viene enfadarse y no dejarla
que, libre de futuro, en asambleas,
suene la voz que dice “¡No!” y que canta
“¡Más despreocupación! que el pueblo sabe,
porque no tiene prisa, ir haciendo
caminitos de vida y deshaciendo
los trampantojos que el Señor le arma,
se llamen Democracia de Ultramemia
o la Revolución para Mañana.”
No hay mañana, no; y no creemos
que haya nada que hacer para mañana.
Por eso aquí seguimos, desmintiendo
las verdades del Orden de la Historia
que se hacía robando horas al sueño,
que es hermano de sangre de la vida,
y no dejando despertar al pobre
que clama: “No hay futuro: ¿lo sabíais?”
y “¡que muera el Patrón de la Semana!”