Sustituír el tren por el "Alta Velocidad" es
criminal. Es criminal para las tierras y para las gentes que se lleva por
delante la necia fe en "el Futuro". ¿A quién le hacía falta?
Abandonar vías enteras por falsos criterios de rentabilidad y luego desmantelarlas
es un crimen. La idea del Futuro (de la Empresa, del Turismo del Futuro) basta
para que se estropee o se destruya cualquier cosa útil y bien hecha que nos
haya quedado de las gentes de antes, como esos medios ingeniosos de viajar y
trasportar lo que hiciera falta por vías férreas, que, de un plumazo, por la
estúpida decisión de algún despacho de ejecutivos de una Empresa de cuyo nombre mejor no acordarse y la ciega
obediencia de las tropas de servidores del Trabajo asalariado que el
Estado-Capital nos impone, se suprimen y se arrancan de la tierra. La obra del
Santander-Mediterráneo era una maravilla de las que ya no saben hacer bajo
el Régimen del Dinero del Futuro, que lo
único que ha hecho ha sido impedir su vida y su desarrollo hasta acabar con ella.
Tras 30 y tantos años de abandono, seguían ahí sus vías, y hasta la tierra
misma parecía haberles concedido el visto bueno: ni los árboles que ya crecían
altos entre sus traviesas la estropeaban en nada: todo seguía en su sitio, como
diciendo "podéis cambiar de idea cualquier día, que por nosotras bien
puede volver a circular el tren mañana mismo." Hasta dicen que habían
propuesto reabrirlas al tráfico (también las del Vía de la Plata) en algún
programa electoral (era viable). Tenía sentido conservar una obra que,
abandonada y todo, aún daba señas (para quien se dejara verlas) de la
diferencia entre el verdadero Progreso y el falso que hoy nos venden con el
nombre de Desarrollo o Futuro o Autovía o lo que sea. Por eso han tenido que
arrancarla de la tierra a toda prisa. ¡Malditos sean! Por eso tienen que
parlotear a todo trapo sobre causas y culpables de accidentes y hacer gran luto
oficial, para que no se oiga el clamor contra la Alta Velocidad y la
equivocación de ir "al Futuro" a marchas forzadas que se levanta del
recuerdo del tren corriente, que a la gente le valdría y a sus pueblos y
ciudades, pero no a ellos. ¿Cómo va a valerles a esos tristes vendedores de
Autos que nos gobiernan?
Muy
sostenible no debe de ser ese Desarrollo, cuando tanto necesitan pregonar que
sí lo es todos los días. Ni ellos se lo creen. Pero entre tanto que sigue el
público idiotizado, aguantando sus proclamas de Futuro para todos (o sea,
Muerte segura) y que todos tan contentos con ir hacia el mismo Futuro o
Matadero como personas obedientes, aún se atreven Allá Arriba a seguir
administrando la muerte, matando hasta el recuerdo (nunca del todo!) de
aquellas vías razonables del Progreso de antaño, que aún traía algo de vida en
vez de vacío a las gentes. No saben lo que hacen, pero lo que hacen lo hacen
porque piensan que saben a dónde van: tienen esa fe, los pobres, en que van por
delante y con los tiempos, cuando en lo que creen es en la muerte que les
espera, la fundadora del Tiempo de todas sus cuentas. Esas cuentas no son las
nuestras. No van a confundirnos (la mayoría no son todos), ¡así se derrumben
todas sus empresas de la muerte! Tienen puesta su fe en los grandes números de
sus poblaciones de ya futuros muertos (que imaginan que viven ya su futuro,
porque creen en él) para seguir manteniendo la ilusión vacía del Dinero, todo
Futuro, pero lo que queda de vivo entre la gente que no se cuenta no tiene
miedo de decirlo: cualquier cosa, cualquier felicidad o riqueza que el dinero
prometa y asegure para un futuro, corto o largo, es mentira y crea la miseria
del presente. Esto, que de siempre se ha sentido por lo bajo, cada día se puede
ver más claro porque las cosas mismas lo están diciendo a gritos y nos animan a
gritarlo también ya sin miedo: que nadie se haga ilusiones de supervivencia en
el reino de la muerte, porque su ley es o adaptarse a ella o ser masacrado de
una u otra manera. El futuro, el dinero, mata. Y si alguien te sale con que
"es lo que hay", míralo bien a ver si no va a ser que está difunto y
nadie se ha molestado en comunicarle su defunción. Los otros ¿no os vais a
levantar contra el "Futuro" que os venden?
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