Si os parece de interés y tenéis
medios, procurad que se difunda este razonamiento lo más posible. Salud!
“A continuación definiremos dos
tipos esenciales de huelga, cuya posibilidad ya ha sido examinada. El mérito de
haberlos diferenciado por primera vez (más sobre la base de consideraciones
políticas que sobre consideraciones puramente teóricas) le corresponde a Sorel*.
Sorel opone estos dos tipos de huelga como Huelga General Política y Huelga
General Revolucionaria. Ambas son antitéticas incluso en relación con la
violencia. De los partidarios de la primera se puede decir que “el
reforzamiento del Estado se halla en la base de todas sus concepciones; en sus
organizaciones actuales los políticos (es decir, los socialistas moderados)
preparan ya las bases de un poder fuerte, centralizado y disciplinado, que no
se dejará perturbar por las críticas de la oposición, que sabrá imponer el
silencio, y promulgará por decreto sus propias mentiras.” “La huelga general
política nos muestra que el Estado no perdería nada de su fuerza, que el poder
pasaría de privilegiados a otros privilegiados, que la masa de los productores
cambiaría sus patrones.” Frente a esta huelga general política (cuya fórmula
parece, por lo demás, la misma que la de la pasada revolución alemana), la
huelga proletaria se plantea como único objetivo la destrucción del poder del
Estado. La huelga general revolucionaria
“suprime todas las consecuencias ideológicas de cualquier política
social posible; sus partidarios consideran como reformas burguesas incluso a
las reformas más populares.” “Esta huelga general muestra claramente su
indiferencia respecto a las ventajas materiales de la conquista, en cuanto
declara querer suprimir al Estado; y el Estado era precisamente… la razón de
ser de los grupos dominantes, que sacan provecho de todas las empresas de las
que el conjunto de la sociedad debe soportar los gastos.” Mientras la primera
forma de suspensión del trabajo es violencia, pues determina sólo una
modificación extrínseca de las condiciones de trabajo, la segunda, como medio
puro, está exenta de violencia; porque ésta no se produce con la disposición de
retomar (tras concesiones exteriores y algunas modificaciones en las
condiciones laborales) el trabajo anterior, sino con la decisión de retomar
sólo un trabajo enteramente cambiado, un trabajo no impuesto por el Estado,
inversión que este tipo de huelga no tanto provoca sino que realiza directamente.
De ello se desprende que la primera de estas empresas da existencia a un
derecho, mientras que la segunda es anárquica. Apoyándose en observaciones
ocasionales de Marx, Sorel rechaza toda clase de programas, utopías y, en suma,
creaciones jurídicas para el movimiento revolucionario: “con la huelga general
todas estas bellas cosas desaparecen; la revolución se presenta como una
revuelta pura y simple, y no hay ya lugar para los sociólogos, para los
amantes de las reformas sociales o para los intelectuales que han elegido la
profesión de pensar por el proletariado.” A esta concepción profunda, moral y
claramente revolucionaria no se le puede oponer un razonamiento destinado a
calificar como violencia esta huelga general a causa de sus eventuales consecuencias
catastróficas, incluso si puede decirse con razón que la economía actual en
conjunto se asemeja menos a una locomotora que se detiene porque el maquinista
la abandona que a una fiera que se precipita apenas el domador le vuelve las
espaldas, queda además el hecho de que respecto a la violencia de una acción se
puede juzgar tan poco a partir de sus efectos como a partir de sus fines, y que
sólo es posible hacerlo a partir de las leyes de sus medios. Es obvio que el
poder del Estado, que atiende sólo a las consecuencias, se oponga a esta huelga
(y no a las huelgas parciales, en general efectivamente extorsionadoras) como
una pretendida violencia. Pero, por lo demás, Sorel ha demostrado con
argumentos muy agudos que una concepción así rigurosa de la huelga general
resulta de por sí apta para reducir el empleo efectivo de la violencia en las
revoluciones.”
*Sorel, Réflexion sur la violence.
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